Prácticamente desde la llegada de la Santísima Virgen de Araceli a la localidad, los lucentinos hemos celebrado fiestas en honor a Ella, si bien en un principio no trascendía con frecuencia a lo lúdico. Ya en 1563, como medida de apoyo a la celebración de una "feria", el Cabildo del Concejo determina que no se ha de pagar la sisa - impuesto sobre comestibles y bebidas- sobre todo lo que se comprare o vendiere en los tres días de la Fiesta de Nuestra Señora de Araceli.

Apariencia de la Plaza Nueva durante las Fiestas Aracelitanas

Mª. Stma. de Araceli bajo una lluvia de pétalos

A lo largo de los siglos se fueron conformando toda una serie de actos, organizados a primera hora por el Concejo de la entonces villa, los respectivos Capellanes del Santuario, y la primitiva cofradía aracelitana. Consistían éstos, fundamentalmente, en su procesión del primer domingo de mayo, algunos años en el Santuario, y la celebración de una novena llevada a cabo con toda solemnidad en la parroquial de san Mateo. Aparte, claro está, de las numerosas ocasiones en que Nuestra Madre, debido al inmenso fervor popular, era traída hasta Lucena para la celebración de rogativas.

Cuando la cofradía se extinguió fue la Obra Pía quien asumió la organización de los eventos religiosos, y el Ayuntamiento, por delegación en la Junta de Festejos, que se renovaba anualmente, la del resto de actos.

A partir de 1954, año en que se reorganiza la cofradía, queda conformado un programa de actos durante las Fiestas Aracelitanas, muy similar al actual. Cada año se edita un programa de Fiestas y un cartel conmemorativo.

Actos
Pregoneros
Aracelitanas y Cortes de Honor
Manijeros
Crónica por don Dámaso Alonso
Carteles 1896-1959
Carteles 1960-1979
Carteles 1980-2004